En un reciente podcast donde compartió su experiencia en la Fórmula 1, Otmar Szafnauer reflexionó sobre su etapa final en Alpine, un periodo marcado por dificultades y controversias.
El inicio de una nueva aventura con Alpine
El 17 de febrero de 2022, Otmar Szafnauer, quien había sido director de equipo en Aston Martin durante 12 temporadas, se unió a Alpine F1. En ese momento, la escudería francesa estaba en plena reestructuración, con cambios significativos en su liderazgo. Marcin Bukowski, el director ejecutivo de la época, y Alain Prost, presidente no ejecutivo, abandonaron sus funciones, lo que dejó una gran oportunidad para que Otmar tomara el mando, sucediendo a Davide Brivio. Bruno Famin fue designado como director ejecutivo de la fábrica ubicada en Viry-Châtillon.
Desafíos en la pista y la presión de los resultados
Mientras tanto, Esteban Ocon y Fernando Alonso pilotaban el modelo Alpine A522, que aún no tenía el ritmo necesario para competir por victorias contra gigantes como Red Bull, Mercedes y Ferrari. Durante ese tiempo, Alpine se estableció como la «mejor del resto», un título que, aunque honorífico, otorgaba cierta esperanza al equipo. El objetivo de los azules era claro: ganar Grandes Premios en aproximadamente 100 carreras.
A pesar de algunos resultados prometedores, los problemas de fiabilidad en sus monoplazas durante 2022 y 2023 lastraron el rendimiento del equipo. Esto llevó a Otmar Szafnauer a estar bajo una creciente presión, que culminó con su despido durante el fin de semana del Gran Premio de Bélgica 2023, solo 18 meses después de su llegada. Recordaremos esa escena peculiar donde todos los miembros del equipo fueron convocados al pit lane para ser informados sobre la decisión de la dirección del equipo francés.
Un despido poco convencional
En una anécdota que ilustra la modernidad de los procesos empresariales, Szafnauer relató cómo se enteró de su despido. “Recibí una llamada por Zoom del responsable de recursos humanos de Renault”, declaró. “Me hicieron entender que debía cambiar la cultura empresarial de una manera que no consideraba adecuada. Sé cómo transformar una cultura hacia una mentalidad ganadora y un entorno seguro psicológicamente, que era precisamente lo que estaba implementando.”
Sin embargo, parece que su estilo de gestión no agradó a Renault. “Ellos deseaban cambiar la cultura empresarial de forma distinta, lo que implicaba deshacerse de personas que estaban realizando un buen trabajo y llevaban tiempo en la empresa. Pensé que al despedir a quienes son competentes, se envía el mensaje equivocado: si trabajas bien, te despedirán. Esa no es la cultura que queremos”, agregó.
Reflexiones sobre el futuro de Alpine
Desde su salida, la situación en Alpine ha evolucionado, con el equipo luchando en los últimos lugares de la clasificación y renunciando incluso a su estatus como proveedor de motores. Nunca sabremos si el destino de la escudería habría sido más favorable si Otmar Szafnauer hubiera permanecido en su cargo. “No es que yo me haya ido; es que muchas personas decidieron marcharse”, concluyó. “Las que se fueron realmente estaban haciendo un buen trabajo. La mayoría ahora están en otras escuderías.”
En el mundo del automovilismo, donde la competitividad es feroz, la cultura empresarial y la gestión del talento son claves para el éxito. La historia de Szafnauer con Alpine nos recuerda que cada decisión, tanto en la pista como en la oficina, puede tener repercusiones significativas.
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