Luca de Meo, el director ejecutivo del Grupo Renault, ha dejado claro que las fábricas de Renault y Mercedes, enfocadas en la producción de motores de Fórmula 1, son fundamentalmente diferentes, tanto en su estructura como en la cantidad de empleados que allí trabajan.
Tras la reciente decisión de discontinuar los motores Alpine/Renault F1, de Meo subrayó el déficit estructural de la planta de Viry-Châtillon, estableciendo una comparación directa con la instalación de Mercedes en Brixworth.
Aunque aún no hay nada confirmado oficialmente, las especulaciones apuntan a que Alpine adoptará un motor de Mercedes a partir de 2026, coincidiendo con el inicio de una nueva normativa en la competición.
“Esta nueva regulación es algo parecido a un Frankenstein, un compromiso entre lo que cada fabricante exige,” declaró de Meo a L’Équipe. “Los costos de desarrollo se han vuelto exorbitantes.”
“Va a ser un desafío considerable, incluso para los pilotos. Tendrán que lidiar con la recarga de baterías y otros aspectos. Este motor se asemeja más a un laberinto técnico.”
Comparativa entre Renault y Mercedes: Números que hablan
Al abordar la comparación entre su fábrica de motores y la de Mercedes, el directivo italiano destacó la falta de inversiones en Viry desde que comenzó la era híbrida en 2014, un cambio que trajo consigo los primeros problemas para las unidades de potencia francesas.
“Y seamos claros, cuando visitamos una instalación como HPP, la fábrica de motores de Mercedes, hay 900 empleados allí,” afirmó de Meo. “Nosotros somos 340 en Viry.”
“Ellos cuentan con bancos de pruebas que nosotros no tenemos. La transición a la era híbrida requería inversiones significativas que fueron subestimadas en su momento. Mientras ellos operan con ocho cilindros, nosotros estamos limitados a tres en términos estructurales.”
La decisión de cambiar a motores Mercedes: Un paso necesario
De Meo continuó argumentando que la transición a los motores Mercedes es una elección lógica dado el déficit estructural de su equipo, resaltando el ahorro financiero que esto implicaría.
“Cuando asumí el cargo hace cuatro años, el grupo quería retirarse de la F1. Si seguimos compitiendo, es porque logré revertir esa decisión,” defendió de Meo.
“Sin embargo, no contamos con la infraestructura necesaria para estar a la vanguardia en el desarrollo de tecnologías de baterías, gestión de software y recuperación de energía.”
“El costo de un motor Mercedes es inferior a 20 millones de euros al año. Por lo tanto, era imperativo tomar esta decisión. Además, todas las demás escuderías tienen sus divisiones de motores y chasis cerca unas de otras.”
“Nosotros estamos repartidos entre dos ‘continentes’, con culturas diferentes. En Enstone, poseen una gran independencia y están acostumbrados a trabajar para diversas marcas. Debería haber centralizado todo, pero eso habría sido en Inglaterra… complicado, ¿verdad?”
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